jueves, 6 de marzo de 2008

No admite anuncios de prostitución.


Como otros varios periódicos (Público, 20 minutos y la Gaceta de los Negocios) decidieran meses atrás, el periódico Avui después de que hace tres meses el periodista Xavier Bosch accediera a la presidencia proclama su diario libre de prostitución y teléfonos eróticos. La acción d'Avui y el resto de periódicos que lo decidieran meses antes responde a la llamada que hizo el Congreso de los Diputados a suprimir los anuncios de contactos (que por otra parte, resultan ser uno de los espacios más rentables para el periódico).

También Juan José Millas, en su columna en El País (periódico que publicita una sección de contactos de unas tres páginas de media) decía: "Ni siquiera aquellos que en sus editoriales condenan el comercio del sexo han renunciado a los beneficios de la prostitución. Tampoco los que editan suplementos religiosos y cuyos columnistas hablan de Dios con la confianza con la que usted y yo hablamos de nuestro cuñado. Todos los editores continúan en la esquina, con su bolso de piel marrón, meneando el abanico. Ello me sume en un desconcierto a ratos moral y a ratos urbanístico".

Personalmente, creo que es un acierto si se pretende luchar contra todas las mafias que extorsionan y trafican con personas para lograr beneficios. Creo que es un acierto si lo que se pretende es ser coherente con la línea editorial del periódico (o imagen corporativa) o sí, como en el caso de l'Avui "se hace con el deseo de cumplir las expectativas de la sensibilidad del máximo nombre de lectores".

Pero me parece un desacierto pretender sacar provecho mediante anuncios o publicidad de un acto de este tipo como hace el periódico Público dedicando todo un faldón (casi hasta media página) a anunciar que el periódico "no admite anuncios de prostitución".

De algún modo, ¿no es eso querer sacar tajada? ¿no es eso manchar la buena intención de la iniciativa social y solidaria?


Por cierto, yo soy asiduo lector del periódico de Ignacio Escolar.