martes, 29 de enero de 2008

Caso Nolita.


En estos últimos meses ha suscitado gran controversia una campaña publicitaria de la empresa de ropa Nolita en la que sale una mujer joven extremadamente delgada. El autor, Oliviero Toscani es famoso por ser el responsable de la gran campaña publicitaria de la empresa de ropa Benetton.

Está claro que el objetivo primordial de la campaña ha resultado efecto. Seguramente ésta marca de ropa no hubiera sido conocida con un simple anuncio donde saliera una modelo aparentemente sana y sin ningún síntoma de desarreglo alimenticio, Oliviero ha conseguido que hasta en los lugares más insólitos salga su anuncio gracias a la polémica que suscita la modelo.

Pero el problema surge cuando se saltan los límites éticos en la publicidad. ¿Resulta beneficioso para la empresa un anuncio con una modelo anoréxica? Está claro que sí, la empresa Nolita ha logrado ser conocida en mayor o menor medida a nivel mundial, pero ¿Resulta ético que en un anuncio salga una modelo anoréxica? Ya no sé qué responder. Hace poco, en una conocida publicación humorística en referencia al anuncio decía: “Después de ver el anuncio, ya no sé si ponerme a comer sin parar o si me ha cortado el apetito de golpe”. Tiene toda la razón. Está claro que un trasfondo de denuncia se deslumbra tras la campaña, pero ¿Es la mejor forma de denunciar ésta enfermedad?